El sonido del reloj no para,
y yo aquí sigo sentada,
a la espera de que tu voz vuelva,
y roce mi solloza alma.
Luego me paro y miro,
observando desde cerca tu olvido,
dentro de este ruidoso vacío,
de un desierto con ventisca sin silbido.
Pero el grito de mis latidos,
va rompiendo en pedazos
en mil y unas noches,
los muros de un corazón abatido.
Corazón Abatido por Arianna Frencia Adriani se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://ariannafrenciablog.wordpress.com/2016/06/03/corazon-abatido/.